Tema 3 - ¿Qué significa saber una lengua? Técnicas didácticas para el desarrollo de las competencias generales


Como ya hemos mencionado, tanto en clase como en otras entradas de este blog, la función esencial del MCER es la de guiar a los docentes en sus decisiones didácticas, ofreciendo puntos de vista innovadores sobre el proceso de adqusición de las lenguas extranjeras y técnicas de enseñanza y aprendizaje, entre otras cosas. Podemos decir que el marco es el fruto de años de una profunda investigación que surge en el momento en el que el protagonista del aprendizaje pasa a ser el alumno, con sus características y necesidades, y por lo tanto se busca que los docentes reflexionen sobre las metodologías que consideren más adecuadas para alcanzar sus objetivos didácticos, más que plantear un esquema preciso y dogmático sobre una enseñanza canónica (e imposible). La didáctica actual, orientada por el marco, aboga por dinámicas activas en el uso de la lengua y de los conocimientos, incluso de experiencias pasadas no necesariamente relacionadas con el aprendizaje de idiomas, planteando una constante reflexión sobre cómo este proceso puede ser facilitado. Sabiendo que el aprendizaje no se basa en memorizar y repetir, como en décadas anteriores, a día de hoy se distinguen diferentes áreas de competencias relacionadas con lo que se define como "dominio general de la lengua", y se considera esencial trabajar cada una de ellas para poder realizar correctamente las funciones lingüísticas específicas. 
   En esta entrada, trataremos sobre las competencias generales, es decir, habilidades y conocimientos que cada uno de nosotros posee y que derivan de nuestras experiencias previas, en relación con nosotros mismos y el mundo que nos rodea. El desarrollo de estas competencias nos ayuda, a la hora de aprender otro idioma, a comprender mejor su contexto cultural y sus hábitos, pero también a mejorar nuestro rendimiento y a desenvolvernos mejor en dicha lengua. Estas 4 competencias se definen como "saberes", y son: saber, saber ser, saber hacer y saber aprender.



  • Saberincluye el conocimiento declarativo o académico en todos sus aspectos (artes, humanidades, ciencias...), que nos ayuda a ampliar nuestra percepción del mundo en sus diferentes facetas; también se contempla el saber empírico, que recoge experiencias vitales de las que hemos extraído conocimiento esencial. Toda la información recogida en esta competencia nos sirve para desarrollar, por ejemplo, la comunicación intercultural, un elemento clave en el aprendizaje de una lengua extranjera. Es importante entender la adquisición de nueva información no como simple almacenamiento, sino como proceso de modificación de conceptos adquiridos precedentemente, algo que ayuda a ampliar nuestras redes de conexión mental y el entendimiento intercultural. Reajustar nuestros conocimientos preexistentes es lo que nos permite, por ejemplo, abandonar los estereotipos, que al fin y al cabo son pedazos de información a los que hemos sido expuestos durante gran parte de nuestras vidas por nuestras culturas y que hemos adquirido inconscientemente. 
  • Saber ser: se refiere al desarrollo personal, que a veces resulta ser un proceso delicado y está estrechamente relacionado con las habilidades del docente, que comprende el impacto que puede tener el contacto con otra lengua y su cultura. Este proceso de desarrollo individual incluye el carácter, las motivaciones por las que estudie, sus valores e ideologías y, sobre todo, su disponibilidad a interactuar con otros en un contexto lingüística y culturalmente diferente al suyo. También es fácil que sufran modificaciones la autopercepción y la de los demás, por ejemplo, a la hora de expresar conceptos que no son culturalmente universales, y que generen una barrera en la comprensión e incluso conflicto en algunos casos (véase el uso de contacto físico). Este conocimiento requiere que el alumno reflexione sobre qué aspectos de su identidad deberá alterar para lograr interactuar correctamente en un ámbito diferente al suyo. 
  • Saber hacer: se puede considerar un conjunto de los saberes anteriores, ya que incluye los aspectos cognitivos del conocimiento declarativo y dimensiones comunicativas como las elecciones sociolingüísticas y pragmáticas en su contexto adecuado. Es aquí donde mejor se ve el cambio de roles, donde el docente ya no imparte el conocimiento, si no que guía al alumnado hacia éste, mientras observa cómo los otros usan activamente el lenguaje, poniendo en acto sus destrezas prácticas e interculturales para lograr una comunicación eficaz
  • Saber aprender: todas las habilidades y destrezas adquiridas en el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera deberían de poderse aplicar en otros ámbitos de la vida del estudiante, que, a través de la metacognición, es consciente de que es protagonista de su aprendizaje y participa activamente en su progreso. Esto lleva a que modifique su conducta y sus actitudes (saber ser) para adquirir y comprender conocimientos nuevos (saber) y reutilizarlos de manera eficaz (saber hacer), desarrollando habilidades para hacer frente a situaciones desconocidas fuera del aula. Se trata, por lo tanto, de una competencia que depende de varios factores, personales (motivación, conocimientos previos, disponibilidad, estilos de aprendizaje) y externos (ambiente en el aula, contexto educativo, cercanía con el idioma y su cultura). 


   Una vez que consideramos estas competencias y cómo desarrollarlas eficazmente, como docentes podemos poner en práctica una gran variedad de técnicas y metodologías, considerando no sólo la fidelidad con la que reflejen y simulen la realidad del idioma, si no también el impacto que puedan tener en los aspectos más personales del alumno, por ejemplo, la motivación o sensaciones positivas como la gratificación y la recompensa.  

   Según los métodos más tradicionalistas, para asimilar estucturas sintácticas y vocabulario se recurría a técnicas pasivas y poco satisfactorias como la manipulación gramatical (p.ej: "conjuga el presente del verbo to meet"), la memorización, la traducción o el dictado, usando mayoritariamente como recurso y estándar lingüístico la literatura del idioma meta. Una vez superada esta metodología, se entiende que la lengua y su cultura son aspectos transversales y deben ser estudiados simultáneamente, ya que de uno se aprende sobre el otro: la competencia del ser, actualmente, se desarrolla mediante ejercicios de análisis y observación de los usos del idioma en sus múltiples realidades comunicativas (registros de formalidad, variaciones del lenguaje en diferentes ámbitos), ofreciendo situaciones y puntos de vista que den pie a reflexión. Para practicar los aspectos pragmalingüísticos integrados en el saber hacer (como la entonación, la prosodia o la gestualidad), se proponen actividades como debates o diáologos, o más innovativas como role play, jigsaw (juegos de puesta en común de información) o teatralización, en caso de textos orales; por escrito, se recurre habitualmente al resumen, la redacción o la ordenación de bloques de texto. Para fomentar la apertura mental frente a diferentes culturas, es esencial la centralidad del texto (escrito u oral) y se proponen actividades que trabajen con la comprensión del contenido (preguntas abiertas/cerradas, búsqueda de palabras clave), la transcodificación (especialmente si relacionada con imágenes o elementos culturales que expresar en la otra lengua), e incluso tasks que realizar con hablantes nativos fuera del aula. Estas técnicas favorecen tanto el crecimiento identitario gracias al contacto con otras culturas y también la asimilación a largo plazo de los contenidos tratados. Finalmente, el docente guía al alumno para descubrir las normas y elementos del idioma y así rellenar información ausente, mediante ejercicios de diálogo abierto o cloze, que dejan cierta libertad de deducción, o técnicas de brainstorming o de constelación que motiven las conexiones semánticas. Es muy apreciada también la autoevaluación como ocasión para reflexionar sobre los procesos mentales y eventuales fallos.  

   Estas estrategias, introducidas gracias a la reevaluación del rol del alumno y al avance de la pedagogía, resultan en un aprendizaje profundo y variado, fomentado por múltiples recursos y que resulta gratificante al alumnado, ya que la satisfacción derivada de ser partícipe del aprendizaje hace que éste perdure a lo largo de los años.

Comments

  1. Ola!
    Quería contarvos o que penso sobre os métodos tradicionais de ensino de idiomas. Algunha vez pasouvos que memorizar unha chea de vocabulario ou regras gramaticais non sempre se traduce nunha comunicación efectiva?
    Na miña experiencia, ás veces sinto que os métodos tradicionais son un pouco ríxidos e afastados da vida diaria. Para min, a práctica activa, a inmersión cultural e aplicar o que aprendemos en situacións reais fan que a aprendizaxe sexa moito máis interesante.
    E vós que pensades? Tivestes boas experiencias con métodos máis tradicionais, ou tamén vos sentistes máis conectados e motivados cando a aprendizaxe é interactivo e contextual? Contádeme vosas ideas e experiencias. Estou emocionado por escoitar diferentes perspectivas.
    Charlemos sobre idiomas e aprendamos xuntos!

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